Vladimir Putin expresó su descontento por los fuertes aumentos de precios de alimentos básicos como el pan y el aceite de girasol, y le dijo al gobierno que desarrollara un plan para frenarlos.
El primer ministro Mikhail Mishustin intervino el jueves y dijo que los productores, exportadores y minoristas de alimentos deberían dejar de aprovecharse de los consumidores. Los funcionarios ya están considerando un impuesto a la exportación de trigo además de la propuesta anterior de establecer una cuota de envío de granos durante unos meses el próximo año.
Pero esto no es nuevo para el país, en 2007, Rusia implementó un impuesto a la exportación para combatir el aumento de los costos de los alimentos, lo que ayudó a impulsar los precios mundiales del trigo a un récord, y una prohibición en 2010 después de una mala cosecha, lo que redujo los suministros y ayudó a impulsar los precios a máximos de dos años.
La inflación de los alimentos en Rusia se aceleró al 5,8% en noviembre, el mayor aumento desde mediados de 2019. El precio se incrementó tanto que los minoristas locales le exigieron al gobierno que se implementara un impuesto a la exportación el mes pasado.
El Ministerio de Agricultura propuso una cuota a partir de mediados de febrero, con volúmenes lo suficientemente altos como para mantener el flujo comercial.
Fuente: Farm Progress