El virus del tomate rugoso

El virus del tomate rugoso es un virus emergente el cual fue reportado por primera vez en Israel en el año 2014, y en Jordania en el año 2015 en tomates de invernadero. Después, en el año 2018 se reportó evidencia del virus en México y en Estados Unidos, países en los que inmediatamente se llevaron a cabo medidas para la erradicación y tratamiento del virus. Por otra parte, en ese mismo año, se reportó la presencia del virus del tomate rugoso en países de la Unión Europea.

Este virus generalmente afecta a cultivos de tomate y de chile. El daño causado por este virus a los cultivos de tomate se puede observar de diferentes maneras: clorosis, mosaico y moteado en las hojas y manchas necróticas (negras) en pedúnculos, cálices y tallos florales; los tomates muestran manchas amarillas o manchas marrones con un relieve característico rugosos, pueden deformarse y madurar irregularmente, haciéndolos no comercializables. Usualmente la incidencia de la enfermedad varía entre el 10 y el 100% de frutos dependiendo del sitio. Estos sintomas también se han presentado en chiles.

La transmisión del virus entre cultivo y cultivo se realiza de manera mecánica. Es decir, mediante el simple contacto directo entre plantas o manos, herramientas de trabajo, ropa, insectos polinizadores, pájaros o agua de riego. Además, las semillas también pueden transmitir el virus rugoso. Finalmente, estos virus son muy estables y pueden sobrevivir durante varios meses en medios inertes sin ninguna pérdida de infectividad. Estas características epidemiológicas hacen que los tobamovirus (virus rugoso) sean una amenaza formidable para los cultivos de alta densidad, como los que se cultivan en invernaderos.

¿Qué hacer si se sospecha o se detecta un brote de virus rugoso? 

Autoridades de gobiernos europeos han publicado recomendaciones sobre las acciones que se deben de seguir si se detecta el virus rugoso en algún lugar del cultivo. Por ejemplo, si el virus se detecta en productos que son para el consumo humano, estos cultivos deberán de ser destruidos inmediatamente, así como cultivos vecinos; se aplicarán estrictas medidas de higiene en el lugar como la desinfección y limpieza de los lugares de cultivo mientras se realiza la rotación de cultivo.

Si se sospecha de una planta, es necesario marcar un área que incluya a las plantas sospechosas y a las plantas que estén a su alrededor. Después, se necesitan realizar tests de laboratorio para poder identificar y confirmar de que se trata del virus rugoso.

Si se sospecha de todo un cultivo, es necesario manejar cada invernadero o cada sección como una unidad independiente. Además, se debe de restringir el acceso al personal para que solamente entre personal autorizado, y se debe de realizar un flujo de trabajo en el que se comience con las unidades de cultivo saludables hasta llegar a las enfermas, para evitar la propagación del virus. Finalmente, es muy importante que se tomen todas las medidas de higiene y desinfección para poder controlar el área donde se encuentra el virus rugoso.

El éxito en la erradicación del virus en los lugares de producción de cultivos, radica en la rapidez de la implementación de estas medidas de control. Por lo que es muy importante siempre estar atentos a cualquier cambio que se presente en los cultivos.

Manejo de riesgos para la prevención del virus rugoso en Europa

A causa del brote del virus rugoso en Europa, desde noviembre de 2019 se han tomado las medidas sanitarias con el fin de prevenir y evitar la propagación de este virus en los cultivos de la Unión Europea.

Esta legislación prevé que todos los casos del virus rugoso en Europa se hagan públicos. Ya que al hacerlos públicos facilita su erradicación como la erradicación exitosa del virus rugoso de un invernadero de producción infectado en 2018 en Alemania. Estas medidas son específicas para los productores de tomate y pimiento, ya que la introducción y difusión del virus en la UE está prohibido. Adicionalmente, los productores deben informar de los casos positivos de manera obligatoria, y si hay algún caso de infección de cultivos con virus rugoso, dependerá de cada país determinar las medidas pertinentes para poder erradicarlo.

Los países miembros de la Unión Europea también están obligados a realizar una encuesta nacional anual, incluidas las pruebas de laboratorio, para detectar la presencia del virus rugoso.

Es muy importante que se realicen todo este tipo de inspecciones fitosanitarias, con el fin de evitar la propagación del virus rugoso. Ya que si no se controla, podrá causar grandes catástrofes económicas relacionadas con la producción de cultivo de tomate y otras especies afectadas por este virus.

Medidas para prevenir el virus rugoso en las áreas de producción

Las medidas de control existentes para prevenir la propagación y el contagio del virus rugoso en cultivos siguen en constante desarrollo. Investigadores se están enfocando en descubrir y desarrollar medidas de control biológico, control genético y control químico.

En cuanto al control genético, todavía no se ha encontrado una metodología específica para el virus rugoso. Ya que los científicos, principalmente de Israel, están experimentando con tomates para poder crear un nuevo híbrido o especie que tenga genes o características resistentes al virus rugoso. Esto es debido a las diferentes condiciones en las que el virus puede crecer y propagarse.

Para el control biológico, es decir, utilizar otros organismos benéficos que se encarguen de erradicar el virus rugoso, no se ha encontrado algún candidato óptimo. Además de que no se ha encontrado algún compuesto químico efectivo que no tenga efectos fitotóxicos que puedan dañar a la planta y al ser humano.

Sin embargo, se han creado diversos protocolos de medidas profilácticas (medidas de higiene) para la prevención del virus. Protocolos en los que se le da la importancia a las buenas prácticas de higiene en el área de producción del cultivo, como:

  • Ingresar a los cultivos usando solo ropa nueva o sin usar, ya que la ropa utilizada anteriormente pudo haber sido contaminada por comer tomates en un entorno privado (casa, comedor, restaurante) o por visitar viveros o invernaderos contaminados. Además, se prefiere el uso de ropa protectora como batas u overoles los cuales deben permanecer dentro de los invernaderos después de su uso.

  • Desinfección de cualquier superficie con la que se va a tener contacto en los cultivos.

  • Desinfección de manos y equipo de trabajo.

El seguir estas medidas tan simples, puede evitar la propagación de un virus que puede ser muy peligroso si no se erradica de la manera adecuada.

Fuente:

ANSES OPINION and REPORT on the Express pest risk analysis of tomato brown rugose fruit virus for France