Por un lado, la Fundación Produce for Better Health, en su informe sobre el estado del plato (state of the plate), indicó que el consumo total de productos agrícolas “ha disminuido un 3 por ciento, mientras que las verduras lo habían hecho un 4 por ciento”. Mientras que Greg Johnson, director de desarrollo de medios señala que “La frecuencia del consumo de fruta ha aumentado un 10 por ciento en 15 años y un 3 por ciento en los últimos cinco”[metaslider id=5544]
Esto es bastante confuso y alarmante, pues contrasta con el dinamismo general de la industria de productos agrícolas. Al menos existe una discrepancia entre la disminución en el consumo de frutas y hortalizas.
Por el contrario, la Fundación Giannini, en su informe publicado recientemente sobre la agricultura del estado de California tiene observaciones opuestas. Por ejemplo, según este estudio el consumo de duraznos habría caído de 6 libras per cápita a mediados de 1980 al nivel actual de 5 libras.
“Una barrera para aumentar el consumo de frutas son las comidas fuera de casa”, dice el informe. “Los restaurantes representan el 10 por ciento de todas las comidas, pero solo el 2 por ciento de los eventos de consumo de frutas. Las personas mayores consumen la mayor cantidad de fruta, pero su consumo per cápita es el que más ha disminuido entre todos los grupos demográficos “.[metaslider id=5512]
No incluye detalles estadísticos, pero un estudio de 2020 encontró que el consumo per cápita en los Estados Unidos era de 146.8 libras en 2000 y 153.3 libras en 2019. Puede que no sea un aumento asombroso (un poco menos del 4.5 por ciento), pero se trata de un incremento a fin de cuentas.
Con respecto a las frutas, un estudio relacionado es consistente con el informe de “State of the Plate“: el consumo per cápita de frutas en los Estados Unidos aumentó de 45.3 kilogramos en 2000 a 52.2 kilogramos en 2019. No necesita una calculadora para decirle que esto es casi un aumento del 16%.
A pesar de contar con buenas bases, ninguno de estos estudios consideró la pandemia. Las consecuencias sobre las tendencias de consumo a largo plazo es una cuestión que sólo podremos responder en los próximos dos años.
Fuente: Produce Blue Book
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