Una nueva investigación está analizando los puntos cálidos en la cadena de suministro de la fresa.
Un estudio de la Universidad del Florida dirigido por Jeff Brecht e Ismail Uysal encontraron puntos críticos de calentamiento en el suministro de fresas. Las fresas deben estar a una temperatura óptima de 34 grados, de lo contrario el calor hará que la fruta pierda azúcares, vitaminas y antioxidantes que pueden influir en el tiempo de vida y apariencia.[metaslider id=5544]
Para el estudio los investigadores colocaron termómetros electrónicos para rastrear las temperaturas en los pallets de fresas, desde su cosecha hasta la tienda de comestibles. Los termómetros registraron las temperaturas y enviaron los datos por medio de señales de celulares.
Se encontraron lugares donde las temperaturas eran demasiado cálidas para el fruto en la cadena de suministro, además que las ubicaciones variaban. Se encontró que estas variaciones a veces ocurrían durante el transporte, otras veces en los almacenes, en los anaqueles de los supermercados o durante la descarga y almacenamiento.
Después de recolectar estos datos de los envíos, los científicos guardaron muestras de fresas en el laboratorio de Brecht en la UF, donde recrearon las condiciones de los envíos y monitorearon la calidad de la fruta. Gracias a esto pudieron documentarse los efectos negativos en las fresas cuando se rompe la cadena de frío.[metaslider id=5512]
Este estudio servirá para enseñar qué pueden hacer los agricultores, empresas de transporte y supermercados para mantener las temperaturas bajas en la cadena de suministro, además del desarrollo de nuevos modelos que puedan predecir de forma eficiente la comerciabilidad futura de las fresas y las condiciones a las que estuvieron expuestas.
Los datos del estudio, según el comunicado, indican a Brecht y Uysal dónde pueden educar a los agricultores, las empresas de transporte y los supermercados sobre lo que pueden hacer para mantener bajas las temperaturas en la cadena de suministro.
En el futuro, el comunicado dice que los científicos están trabajando en el desarrollo de modelos de aprendizaje automático que puedan predecir de manera confiable la comerciabilidad futura de las fresas a partir de las condiciones de temperatura a las que estuvieron expuestas en la cadena de frío, desde la cosecha hasta la tienda.
Fuente: The Packer
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