Durante mucho tiempo, expertos e incluso organizaciones como las Naciones Unidas, han identificado la relación que existe entre los alimentos, la energía y el agua para el desarrollo sostenible. Una característica que los une es la demanda de los tres y la dependencia que tienen entre ellos: la producción de alimentos requiere agua y energía; la producción de energía tradicional demanda recursos hídricos; la agricultura proporciona una fuente de energía potencial.
La creciente demanda antes mencionada ha sido el tema de conversación para las naciones. Puesto que se tienen que cubrir diferentes aspectos,como asegurar que todos disfruten del acceso a una dieta nutritiva y además que esto se lleve a cabo de manera sostenible. El impacto ambiental de los alimentos se ha convertido en el foco de atención.
Es por eso la importancia de visualizar este fenómeno desde sus impactos globales. Los alimentos representan más de la cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, por si fuera poco la mitad habitable del mundo se utiliza para la agricultura.
- El 70% de las extracciones mundiales de agua dulce se utilizan para la agricultura
- El 78% de la contaminación de las vías fluviales con contaminantes ricos en nutrientes es causada por la agricultura
- EL 94% de la biomasa de los mamíferos silvestres en un factor de 15 a 1,4 de las 28.000 especies evaluadas como en peligro de extinción en la Lista Roja de UICN, la agricultura representan una amenaza para 24.000 de ellas.
En la historia de la humanidad es posible ver que durante mucho tiempo la mayor parte de la tierra en el mundo se encontraban paisajes libres con desiertos, bosques, pero al paso del tiempo se ha visto una evolución, que también parece un retroceso pues la vida silvestre ha sido reemplazada por tierras agrícolas. Esto no le resta importancia al hecho de que la agricultura es una de las actividades esenciales para la alimentación que conocemos al dia de hoy, puesto que la mitad de toda la tierra habitable se utiliza para dicha actividad.
A partir de estas cifras comienza lo preocupante para el medio ambiente, pues esto deja sólo el 37% para los bosques; 11% como arbustos y pastizales; 1% como cobertura de agua dulce; y el 1% restante, una proporción mucho menor de lo que muchos sospechan, es un área urbana construida que incluye ciudades, pueblos, aldeas, carreteras y otra infraestructura humana.
Es por eso que se han buscado maneras para reducir el impacto de la industria alimentaria al medio ambiente, tanto a través de cambios en la dieta, al sustituir parte de la carne por alternativas vegetales y mediante avances tecnológicos. Los rendimientos de los cultivos han aumentado significativamente en las últimas décadas, lo que significa que se han ahorrado tierras de la producción agrícola: a nivel mundial, para producir la misma cantidad de cultivos que en 1961, solo se necesita el 30% de las tierras agrícolas. Pese a los avances tecnológicos y las nuevas formas de consumo para la reducción del impacto ambiental, es necesario estar conscientes que aún falta trabajo por hacer en las distintas ramas de la alimentación (ganadería, pesca, agricultura).
Fuente: OurWorldinData.Org
